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miércoles, 18 de mayo de 2016

Hombría mal redactada.

        Un día me vinieron recuerdos de infancia, esos que se van olvidando con el tiempo pero que en el periodo de joven-adulto se vienen a nuestra mente como una especie de "flash-back". Comenzaré recordando que soy hijo de madre soltera y que para esos años una joven fuera madre y más aún soltera era escandaloso. Para mí todo iba normal, una casa llena de amor, cariño y actividades, mientras mamá trabajaba yo estaba al cuidado de mi abuela materna.  Tengo que darle créditos a mi madre y abuela que desde pequeño me dejaron ser libre como una paloma, siempre me defendieron, siempre me dejaron crear y desarrollar mi lado más artistoide. Pero este pequeño (yo) tenía que salir al mundo exterior, eso implicaba jugar en la calle, ir al jardín o escuela, por ende compartir con otros niños similares en edad. Fue en ese momento que supe que algo no estaba bien y me di cuenta porque no me sentía igual al resto de los niños. Más que creer ser único o alguien especial, me di cuenta que había un comportamiento no natural para el resto, que para mí y mi núcleo familiar era normal. Ese raro comportamiento para el resto era "La Hombría" que yo no tenía. Actualmente lo describo como “ese” comportamiento perfecto que el hombre debe tener dentro de esta sociedad. Nunca lo entendí y creo que hasta la fecha no lo entiendo. Desde mi inocencia siempre me pareció algo ridículo, algo inalcanzable. Recuerdo no sentirme a gusto en algunos episodios por recriminaciones de mis pares y familiares. Un ejemplo de esto fue cuando se me decía cuál debiese ser mi vestimenta, cuáles eran los juguetes que tenía que usar. “Las niñas con las niñas y los niños con los niños”; “nada de jugar a la cuerda, ni al luche,  eso es de niñas, tu eres hombre, los hombres hacen esto, los hombres hacen aquello”.

Yo siempre tan rebelde escuchaba y sencillamente decía: “está bien”, me daba media vuelta y hacia lo que quería.  Mientras eso ocurría y mientras la vida seguía, siempre me comporte de acorde a como yo me sentía cómodo o según a lo que a mi parecer fuera sincero y no actuado/ensayado.  
En la actualidad me declaro gay abiertamente, pero no me deja de sorprender que aún siga estereotipado el comportamiento del hombre. Ahora lo entiendo, resolví mis interrogantes y la respuesta me dice que la perspectiva social (heteronormativa) apunta una masculinidad disfrazada, visual y físicamente donde el hombre debe cumplir con los siguientes requisitos para lograr ser un macho alfa:

1.- Varonil. Voz gruesa, contextura de hombre po' weona (hombros, brazos, en algunos casos guatita sísmica).
2.-Vestimenta acorde (que encuentro una fomedad la forma de vestir de un gran porcentaje de la población masculina, se sabe por qué? no? I'm Gay B***CH).
3.-Exitoso y exitista. Buen partido, con un futuro próspero, un auto o bien raíz, si es las dos mejor.
4.- Sociable e introvertido a la vez (suena contraproducente, pero un hombre no puedo demostrar muchos sentimientos o quebrarse, pero a la vez debe tener personalidad para enfrentarse al género femenino).
5.- Con carácter y con huevos (esto es cuestionable, porque llega la mama y se vuelven unos ositos de felpa).

Esa HOMBRÍA me molesta porque me siento excluido pero a la vez me siento muy hombre, quizá visualmente no, pero internamente sí. Tengo una voz interna potente para poder decidir cuáles son los parámetros en que me muevo, tengo la valentía suficiente para poder afrontar situaciones adversas, tengo coraje para poder desenvolverme en una sociedad machista, tengo la voz firme cuando el resto de la gente escucha mi voz amariconada. ¡¡Ni temblorosa ni en tono bajo, Fuerte y decidida!! Tengo carácter y si llega mi madre soy uno osito de felpa, pero no tengo miedo de dar afecto, de poder decirle cuánto la amo y la idolatro por heredarme esa actitud guerrera tan característica de ella.  Decidido y autovalente; siempre me las arreglo para poder conseguir mis objetivos. Alto, con pelos, guatita sísmica, algo agraciado.
Escribiendo esto me pregunto: ¿Sera que estoy empecinado en crear otro tipo de hombría o una evolución de la hombría ya existente? (se me olvido comentarles mi narcisismo, hombre como tal).

Estas interrogantes que revolotean mi cerebro responden el  por qué no encajo en este retrogrado concepto de "hombría". Esta hombría es superficial, es sólo un envoltorio, tal como el machismo (esta demás decir que ya paso de moda), pero que en el fondo y culposamente nos gusta (hasta a mí, lo asumo). Este reclamo que escribo a la sociedad me genera autocrítica, porque es culpa nuestra no hacernos cargo de este errado concepto de hombría, nosotros lo alimentamos, a nosotros nos produce placer un hombre con esas características, ese hombre prospecto nos enamora.  Y digo “nosotros” porque me di cuenta que este gay también cae en la heteronormatividad.

Ustedes se preguntaran porque escribo esto. Más que un grito amariconado y una crítica a esta sociedad, mi fin último es entregar mi experiencia a padres y madres para generar un cambio en las futuras generaciones. Podríamos dar un buen comienzo con NO etiquetarlos o encasillarlos. Que su retoño/a utilice esa voz fuerte para luchar por lo que él/ella crea justo. Que sea hombre o mujer al enfrentar la vida con entereza y madurez. Que no tenga miedo a equivocarse, que es parte del camino hacia el éxito. A respetar a sus pares NO por su género, sino más bien porque es persona y merece el mismo respeto que él. Dejemos el machismo de lado y que ellos puedan elegir libremente los juegos y juguetes que más les gusten, que puedan crear, vivir y soñar libremente. Podríamos mostrarle la diversidad de este mundo, lo distinto que somos todos los seres humanos y lo hermoso que es la diversidad. Generar un sentimiento de empatía, colocarse en el lugar del otro, así dejamos la individualidad del ser. Desde mi perspectiva practicando estos mínimos cambios en su crianza tendríamos pequeños más felices y a la posteridad adultos felices. Pueden pensar que vivo en un mundo de fantasía, pero que creo que con estas pequeñas acciones cambiaríamos muchos vicios y enfermedades de nuestra sociedad (desde mi humilde opinión).

Véalo desde este punto, si pusiésemos en práctica todo lo anterior, nos trasladaríamos a otro escenario: adultos sin miedo, donde no sería tema luchar por una ley de identidad de género para sus pequeños y pequeñas transgénero, no tendrían que esperar que un Daniel Zamudio falleciera masacrado para que se legisle sobre derechos humanos en la área de discriminación (etnia, color, condición sexual) enfrentarse con las millones de muertes de mujeres a manos de hombres machistas abusivos y psicópatas para legislar sobre femicidio. Su hijo viviría en una sociedad distinta a la que usted se crió, quedarían sus prejuicios y machismos en el olvido.  Es por esto que lo invito sentarse y decir: ¿Qué mundo le entregaré a mi hijo/a? Quiero que mi hijo viva en una sociedad así? o ¿Quiero que mi hijo viva en un mundo distinto al mío? ¿Quiero que mi hijo sea más feliz de lo que yo soy?.


Lo digo porque este mismo gay que usted lee, lo observo y vivió. Quiero ver a niños como yo, ser felices en su infancia. Saquemos de nuestras cabezas algunos paradigmas instaurados por nuestra sociedad y cultivados por nosotros mismos, por tradición, por costumbre, lo que sea. Sáquelo de su cabeza y verá que podemos tener a niños incluidos e inclusivos en sus casas, colegios, micros y barrios. Esa hombría mal redactada, no la quiero en mi sobrino, no la quiero en mis primos y no la quiero en los hijos de mis amigos.

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